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Esperanzas de una Luna Nueva 26

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Capitulo 26: El Desafío Final


- ¡Vamos todo poni! ¡A celebrar!


Pinkie Pie había logrado decorar uno de los salones del castillo, logro hacerlo rápidamente gracias a su cañón de fiestas, ¿el motivo de la celebración? El que Onyx lograra pasar las pruebas y el reciente compromiso entre el pegaso y la princesa Luna de Ecuestria. Aunque en realidad se trataba de una pequeña reunión entre amigos ya que entre los asistentes solo se encontraban el pegaso negro Onyx, su prometida la Princesa Luna, Twilight, Spike, Fluttershy, Rarity, Pinkie Pie, Rainbow Dash, Applejack, así como sus majestades la princesa Cadance y el príncipe Shining Armor. A pesar de que cualquier poni era bienvenido a la fiesta, la principal razón de que solo fueran tan pocos invitados era que los nobles de Canterlot al ver el tipo de fiesta de que se trataba decidieron excluirse de tal celebración, no era que importara mucho su presencia, aun así sería una celebración para el pegaso y su futura esposa...


Sin embargo Twilight y sus amigas tenía otros planes ya que como Onyx se fue antes de que pudiera celebrar una fiesta al estilo Pinkie Pie, tendría que participar en todas y cada una de las actividades que la poni rosada tenía preparadas…


- Luna… sálvame… - rogo Onyx a su prometida mientras era arrastrado por Pinkie y Applejack.


- Lo siento amor, las chicas me contaron lo que hiciste, así que cumple con tu castigo – respondió Luna ignorando los ruegos de su prometido, mientras disfrutaba de un delicioso cupcake junto a Cadance y Shining Armor.


El pegaso trago saliva de solo pensar en la clase de apuros que sus amigas lo pondrían como castigo…


Primero jugaron a ponerle la cola al poni, después jugaron a las sillas mágicas, comer manzanas de un balde y a todo tipo de juegos de fiesta que Pinkie solía hacer. Aunque al principio le parecieron un poco infantiles, Onyx admitió haberse divertido mucho, de nuevo les pidió disculpas a sus amigas y se lamentó no haber disfrutado de una fiesta estilo Pinkie Pie cuando vivió en Ponyville un tiempo.


Después de varias horas y juegos, Onyx se disculpó un momento pues deseaba tomar un poco de aire fresco, se dirigió a uno de los balcones de aquel salón, subió sus casco delanteros sobre el barandal cruzándose de cascos mientras tenia una agradable vista de los jardines del palacio. Echaba de menos su hogar y se preguntó que estarían haciendo sus abuelos y su pequeña hermana en estos momentos, talvez la abuela estaría cocinando la cena, su abuelo dando los últimos toques a algún trabajo y su hermanita… vaya que si la extrañaba bastante… probablemente estaría metiéndose en algún pequeño lio. El solo recordar las travesuras que Amber solía hacer le trajo un poco de nostalgia…


- Después de que terminen las pruebas – suspiro – quisiera regresar a Hooftown… - pensó.


- ¿Extrañas tu hogar? – dijo una elegante voz la cual él conocía a la perfección.


Onyx giro su cabeza un poco para encontrarse con los bellos ojos de Luna mirándolo fijamente.


- Mucho – respondió mirando de nuevo el atardecer y con mucha nostalgia en su tono de voz – extraño a mi familia, a Cremia, Romani, Zephir… incluso y será raro que lo diga… extraño a Ilia –


- ¿De verdad? – pregunto la princesa con cierta curiosidad mientras se acercaba a su prometido.


- No tanto… será que siento raro no tenerla detrás de mí todo el tiempo –


- No te preocupes los veremos el día de nuestra boda, incluso invitaremos a Ilia –


- ¿Estas segura? – pregunto el pegaso levantando una ceja.


- ¿Por qué no? Es mas todo Hooftown debería venir –


- Eso sería asombroso –


- Descuida yo hare los preparativos para que puedan venir todos –


Luna le dio un suave beso en la mejilla a su amado pegaso. Después Luna observo el horizonte y se dio cuenta de que ya era hora…


- Disculpa tengo que cumplir con mi deber – dijo amablemente Luna colocándose en el borde del balcón - deberías alejarte un poco –


Onyx se apartó unos pasos hacia tras, fue entonces que Luna comenzó a elevarse en el aire mientras su cuerno se iluminaba, el sol comenzó a ocultarse en el horizonte para después dar paso a la luna que comenzó a elevarse en el cielo nocturno.


Desde el interior del salón los demás ponis observaron desde las ventanas el cambio del día por la noche.


Una vez realizado su trabajo, descendió junto al pegaso quien la recibió con un suave y cálido abrazo. Ambos miraron el recién formado cielo nocturno cubierto de estrellas y el astro lunar sobre ellos cubriéndolos con su luz.


- ¿Recuerdas aquella noche en la granja? ¿Cuando nos quedamos observando las estrellas' –


- Como olvidarlo fue una noche muy especial –


- Ese día te prometí que te mostraría cada rincón de Ecuestria y pienso cumplirlo. Cuando nos casemos haremos un viaje juntos, conoceremos toda Ecuestria y más allá ¿Qué te parece? –


- Me parece perfecto -


Dicho esto ambos se dieron un tierno y largo beso…


-o-


Mientras los otros ponis disfrutaban de la fiesta organizada por Pinkie Pie, Blue Hurricane estaba siendo tratado de sus heridas por su sirviente Presagio la cebra, cuando de repente…


- ¡Hurricane! - de golpe la puertas de la habitación del pegaso se abrieron revelando a un muy molesto unicornio.


- Justo a tiempo – dijo mirando el reloj en la pared – Blueblood amigo mío ¿Qué te trae a mis aposentos a tan altas horas de la noche? -


- Déjate de parloteo innecesario, dijiste que te encargarías de todo, que no me preocupara, que pondrías a ese pegaso en su lugar y resulta que ambos pasaron las pruebas. Tú tenías que haber ganado -


- Tranquilízate mi amigo… todo está saliendo según lo planeado -


- ¿¡Que me tranquilice!?... ¿¡Que me tranquilice!? ¿Sabes lo que pasara si pierdes mañana? -


- Lo se… lo sé. No dejare que pase, puedes estar seguro de que mañana todos verán como el favorito de la princesa es humillado y puesto en su lugar donde debe estar -


- Eso espero… - dijo muy molesto el príncipe unicornio antes de salir de la habitación azotando las puertas.


- Presagio… -


La cebra se levantó de prisa a la orden de su amo.


- Necesito estar preparado. Dime de nuevo lo que pasara mañana… -


-o-


El anciano poni despertó dando una fuerte y profunda bocanada de aire provocando una reacción de sorpresa y alegría a las dos ponis que cuidaban de él.


- Ya era hora de que despertaras viejo – dijo la unicornio en tono molesto – ya estaba dándote por muerto ¿sabes? -


- ¿La competencia? – Fue lo primero que dijo el anciano poni al ver a su aprendiz - ¿Cómo va la competencia? –


- Casi te mueres por hacer aquel estúpido hechizo que según tú estaba prohibido y lo primero que preguntas es por esa tonta competencia – decía la unicornio con cierta molestia - Al menos deberías agradecer –


- Ya habrá tiempo para eso… - decía mientras intentaba levantarse pero la otra poni se lo impidió dejándolo sentado en la cama – La competencia… -


- Te alegrara saber que ese tonto pegaso empato en los retos –


- ¿Un empate? –


- Si, también estaba sorprendida, pensé que el tonto perdería. Al parecer mañana habrá una especie de desempate o algo así –


El anciano poni tenía un muy mal presentimiento al respecto, su expresión cambio por completo a una más seria, miro a su aprendiz para después hablar con autoridad…


- Quiero que vayas a Canterlot… –


- ¿De nuevo voy a salir? ¿Pero las reglas? –


- Olvídate de eso…necesito que vayas a Canterlot, ese pegaso corre grave peligro… lo vi en una visión, quiero que vayas y lo traigas aquí -


- ¿Traerlo? Pero… que hay de… -


- He dicho que te olvides de las reglas por ahora… solo hazlo – ordeno el anciano poni.


- Bien lo hare… pero sigo pensando que es una muy mala idea – decía la unicornio al mismo tiempo que salía de la habitación.


- Señor… ¿Qué fue lo que vio? – dijo la otra poni al pie de su cama.


El anciano se le quedo viendo un momento, sus ojos reflejaban preocupación ante lo que habia visto, solo esperaba que su aprendiz lograra traer al pegaso sano y salvo…


-o-


Al día siguiente en el estadio…


Blueblood se dirigió a su palco personal con una mirada muy seria, seguía muy molesto con la decisión del empate del día anterior. Por suerte para el las reglas determinaban que solo debía haber un ganador, estas reglas habían sido escritas hacia miles de años por las antiguas tribus de los ponis fundadores por lo que eran casi sagradas y debían respetarse. Y así fue…


Los jueces, después de leer el reglamento antiguo, determinaron que la única forma de romper el empate era mediante un duelo. Ambos pegasos se batirían en un combate cuerpo a cuerpo sobre una serie de obstáculos y nubes de tormenta.


Desde las gradas VIP, la princesa Luna, su sobrina Cadance, así como Twilight y sus amigas le desearon buena suerte al pegaso en la última prueba, aunque después de lo que les conto lo que vivió dentro del laberinto, una batalla seria pan comido para el pegaso. Luna tenia plena confianza en su prometido, después de todo conocía lo fuerte que era Onyx, había luchado contra tres manticoras, cargaba los encargos de su abuelo y abuela todos los días y había logrado vencer a un gran lobo de madera, aunque ella ayudo un poco en aquella ocasión.


Blue Hurricane apareció del otro lado del estadio, sus heridas parecían estar completamente recuperadas y eso le agrado a Onyx, ya que así ambos podrían pelear al mismo nivel sin ningún inconveniente.


El pegaso blanco estaba confiado, se le notaba en su forma de mirar al pegaso negro y en su postura, la cual era firme y orgullosa como debía ser de un pegaso que venía de la misma descendencia que el mismísimo General Hurricane, el cual fue conocido como todo un experto en el combate cuerpo a cuerpo.


Onyx por su parte quizás no poseía la misma experiencia en combate de su oponente sin embargo se consideraba lo bastante hábil y fuerte, además de que había logrado entrenar durante varios días junto a los guardias reales desde su llegada a Canterlot. Se sentía listo y pensaba darlo todo en este combate.


Ambos combatientes se posicionaron en lados opuestos del estadio, mientras observaban como se colocaban algunos obstáculos, pilares bases entre otras cosas de roca y madera por todo el campo. Una vez colocados, algunos pegasos cubiertos en trajes especiales de algún material aislante, empujaban grandes nubes grises cargadas más que de lluvia con muchos rayos, colocándolas una junto a otra con mucho cuidado.


Finalmente el campo de batalla estaba listo y en cuanto los jueces dieron su aprobación, dio inicio el combate…


Ambos pegasos se elevaron al mismo tiempo quedando uno frente al otro. Onyx realizo el primer movimiento dirigiéndose a toda velocidad contra su rival, Hurricane permanecía quieto apenas aleteando con mucha tranquilidad. El pegaso negro se sorprendió de ver a su rival tan sereno, cuando lo tuvo a distancia tiro un golpe con su casco, sin embargo su rival lo esquivo con facilidad. Onyx giro rápidamente realizando una patada giratoria que de nuevo fue esquivada, pero esta vez Hurricane le dio un leve golpe en la nuca a su rival.


- ¡Vamos Onyx! ¡Tú puedes ganarle! ¡Dale su merecido! – gritaban sus amigas y también en las gradas los gritos de apoyo y las porras se hicieron presentes cada poni apoyando a su favorito.


Por otro lado Luna comenzó a preocuparse al ver que su prometido no había logrado hacerle ningún daño al engreído de Blue Hurricane. No importaba cuanto se esforzara, no podía acertar ni un solo golpe, cosa que comenzó a desesperarlo, cometiendo cada vez más errores en sus ataques permitiéndole a su rival adivinar sus movimientos.


Finalmente el combate se extendió hasta llegar entre las nubes que cubrían gran parte del estadio impidiendo que los espectadores pudieran apreciar el combate, solo podían esperar…


El combate seguía, pero todo golpe que daba el pegaso negro daba en vacío, ¿Cómo era posible?, Onyx no llegaba a comprender como es que Blue Hurricane quien literalmente no había recibido ningún golpe, lograba averiguar hacia donde se movía o hacia donde iba a golpear, siendo el quien ya había recibido la mayor parte del castigo en lo que iba del combate. Un golpe directo dado por su contrario lo termino lanzando nuevamente sobre la pared de nubes eléctricas la cual le dio una nueva sacudida eléctrica dejándolo más maltrecho al pegaso negro.


- Sabes -dijo el pegaso blanco viendo a Onyx - Cuando comenzó esto, no mentí, al decir que no te consideraba digno de la real pezuña de Luna -


- ¿De qué hablas? - Contesto furioso el pegaso negro recuperándose de la tremenda sacudida causada por la electrocución.


- El amor es una fuerza muy poderosa, dicen que puede vencer todo... pues en este momento yo soy todo... y tu mi amigo… ¡Eres nada!... por lo tanto tu amor no es muy fuerte y aunque seas digno del amor de Luna no tienes la fuerza para demostrarlo... aquí ante tu amada, y el pueblo demuestras lo débil e indigno que puedes llegar a ser... -


- ¡Cállate voy a demostrarte!… -


Pero Onyx no pudo seguir por que de nuevo Blue Hurricane lo volvió a golpear con una fuerza tremenda haciéndolo caer sobre una plataforma de roca. El golpe se escuchó en todo el estadio provocando desconcierto entre los presentes al no poder ver que había pasado.


El pegaso comenzó a levantarse con dificultad, con solo dos ataques Hurricane le había causado un gran daño al pegaso, dejándolo muy adolorido…


- Mírate ni ponerte de pie puedes. Voy a decirte algo más antes de terminar con todo esto... esperaba algo más de estos sucesos, me dijeron que habría alguien digno de batirse a duelo conmigo... que podría ser igual que yo en capacidades... pero me mintieron – Dijo Hurricane con actitud arrogante.


- De que hablas si en los retos estábamos... -


- Lo de los retos era algo que debía pasar - interrumpió Hurricane - desde que llegaste a Canterlot... cada cosa que hiciste... cada poni con el que hablaste... era algo que sabía que iba a pasar... estaba predestinado a suceder... y lo deje pasar por que deseaba saber hasta dónde llegarías pero todo fue no más que una decepción -


- Pero tú dijiste que no existía algo como la predestinación... – dijo lanzándose al ataque nuevamente.


- Exacto lo dije... – lo esquivo con facilidad - pero lamentablemente para ti, eso no aplica para mí… - dicho esto golpeo nuevamente a Onyx con una fuerza descomunal arrojándolo de nuevo contra un pilar en el cual el pegaso quedo incrustado dentro de un hueco provocado por el impacto - He memorizado cada movimiento que harás en esta pelea no hay nada que puedas hacer para cambiar eso - Hurricane se mantuvo flotando a unos pocos metros de Onyx mirándolo con arrogancia y manteniendo una postura autoritaria - Toda mi vida he sabido lo que va a pasar, las cosas que otros van a hacer, aquellos a los que voy a conocer... y al final yo siempre gano -


Onyx no podía creer lo que escuchaba, todo este tiempo Hurricane solo había estado jugando al buen poni para ganarse la confianza de todos y justo ahora finalmente estaba exponiéndose como el malnacido que en realidad era.


- Ya estoy harto de este circo, aunque haya sido yo quien lo sugirió, diría que fue divertido pero estaría mintiendo. Sin embargo debes admitir que soy un gran actor ¿No te parece? Todos en Ecuestria me idolatran, me consideran el poni más generoso, un benefactor que se preocupa por otros, lo cierto es que… ¡Los desprecio a todos! – Exclamo con una mirada de odio en sus ojos.


- ¿Por qué haces esto? – pregunto Onyx con una mueca de dolor.


- Durante años fui temido, desde pequeño… me miraban con desprecio, con terror… me consideraban un monstruo incluso mis propios padres pero… pero eso pronto terminara. Cuando termine contigo, tendré todo lo que siempre he deseado… fama, fortuna… eso incluye a la princesa Luna por supuesto- dijo esto último con cierto tono de malicia en su voz - cuidare muy bien de tu princesita, estoy seguro de que hará una muy buena compañía en la cama – dijo haciendo una extraña mueca mientras relamía sus labios.


- ¡No te atrevas a tocarla! – grito Onyx logrando salir del hueco su rostro reflejaba una gran furia, finalmente Hurricane había logrado hacerlo enfadar - ¡Ella jamás será tuya! –


Hurricane se alejó unos metros en el aire su expresión seguía tranquila como desde el inicio del combate. Se quedó inmóvil esperándolo pues sabía lo que pasaría sin embargo lo que sucedió a continuación fue completamente inesperado para el pegaso blanco…


Onyx acelero a toda velocidad dispuesto a darle su merecido a su rival, Hurricane se preparó para recibirlo sin embargo en el último segundo el pegaso cambio su trayectoria volando por encima de él, cosa que el pegaso blanco no pudo prever por primera vez en todo el combate mejor dicho por primera vez en toda su vida no tenía ni idea de lo que iba a pasar. Onyx lo tacleo con una fuerza y una velocidad abrumadoras contra uno de los pilares que habían colocado para el combate quedando atrapado como lo había estado el pegaso negro, y sin piedad alguna comenzó a golpearlo en el rostro dejando salir toda su ira en cada golpe.


- ¡ELLA… JAMÁS… SERA… TUYA! – gritaba Onyx mientras descargaba su furia contra el rostro de su oponente.


Hurricane recibió cada golpe en su rostro, mientras que en su mente no había más que confusión y miedo, por primera vez no sabía qué hacer, nada de esto estaba previsto, se sintió indefenso, no se podía defender de ninguna manera y eso comenzó a frustrarlo.


En las gradas Presagio estaba en el palco privado que su amo le asigno, cuando de repente una sensación extraña llego a ella, temiendo lo peor rápidamente saco sus runas de su alforja, las arrojo en la mesa frente a ella y comenzó a leerlas, lo que vio la dejo impresionada nunca antes se había equivocado en sus predicciones, el futuro había dado un giro completamente inesperado sin embargo su predicción seguía exactamente como debía terminar y eso la tranquilizo un poco…


Onyx comenzó a cansarse cada golpe era más lento y con menos fuerza que el anterior, además de que su oponente ya había dejado de moverse, pero eso no le importo, el pegaso negro aún no había terminado de descargar toda su ira. Lo levanto tomándolo del cuello y lo arrojo contra las nubes cargadas de rayos. Hurricane recibió una gran descarga que pudo verse y oírse por todo el estadio dejando perplejos a los espectadores que deseaban saber quién iba ganando en este combate.


De nuevo lo atrapo en el aire sujetándolo violentamente del cuello, Onyx aun deseaba hacerle daño mucho daño, lo azoto una y otra vez contra varios obstáculos y pilares. Después con su pata izquierda lo mantuvo sujeto del cuello y con la derecha continuo golpeándolo en el rostro


- ¡ELLA JAMÁS! ¡SERA TUYA!- volvió a gritar con fuerza sin dejar de golpearlo.


Fue entonces que en el interior de Blue Hurricane algo empezaba a surgir, de nuevo como en el laberinto sus ojos se tornaron como los de un dragón y su cutie mark cambio, levanto un casco deteniendo el último golpe y torciéndole la pata a Onyx logrando con esto que el pegaso lo soltara del cuello para después darle un fuerte cabezazo en la nariz.


Onyx retrocedió tardando un rato en darse cuenta de que había pasado, fue entonces que se dio cuenta de que Blue Hurricane estaba volando justo frente a él a pocos centímetros mirándolo con sus ojos de dragón directamente a los suyos.


Sintió un gran escalofrió recorrer su espalda, había algo diferente en su oponente y no solo era su apariencia, podía sentir también algo siniestro dentro de él y eso lo puso muy nervioso. Sin saber cómo ni cuándo, Hurricane tomo a Onyx por sorpresa arrastrándolo por cada obstáculo en el campo de batalla rompiéndolos con cada impacto del cuerpo del pegaso, los asistentes solo podían ver pedazos de escombro caer de entre las nubes, para después azotarlo con fuerza contra el muro opuesto del estadio en una posición que impedía que los presentes pudieran verlos.


La princesa Luna sintió también un escalofrió recorrer su cuerpo, era una sensación que hacía mucho tiempo no experimentaba, junto sus cascos contra su pecho pidiéndole a su hermana que Onyx se encontrara bien.


- ¿Quién… rayos… eres…? – decía Onyx con dificultad pues la pesuña de Hurricane apretaban su cuello con fuerza dificultándole el poder respirar.


Hurricane no respondió, solo se limpió la sangre de la nariz con su otra pata para después sonreír de manera extraña al pegaso.


- Felicidades… - finalmente hablo pero su voz sonaba irreconocible para el pegaso negro como si estuviera distorsionada – Eres el primero que ha logrado cambiar por un instante el futuro y aun así… el resultado sigue siendo el mismo… -


Lo último que pudo ver Onyx fue un borrón de movimiento antes de que su rostro reflejara todo el dolor de haber recibido un duro golpe. Hurricane no se detuvo ahí comenzó a golpearlo en el rostro repetidas veces rompiéndole la nariz, su ojo derecho se cerró, tenía una gran hemorragia en la cien y así continuo hasta que el pegaso quedo semi consiente.


- No es lo mismo estar del otro lado ¿cierto? -


Onyx sujeto las patas de Hurricane en un vano intento por liberarse.


- Patético… sería tan sencillo matarte, pero… no puedo arruinar mi reputación – se acercó a una nube cargada de electricidad – pero primero… me encargare de que nunca vuelvas a meterte en mis asuntos ni en los de nadie más… – dicho esto le propino un último golpe en el pecho que en si fue más bien un leve toque, sin embargo esto le causó un gran dolor al pegaso negro que solo duro unos segundos, cuando termino, Onyx quedo completamente inconsciente – Y ahora para que sea más creíble – fue entonces que toco la nube electrificada y así ambos ponis recibieron una fuerte descarga.


-o-


La luz del rayo ilumino todo el cielo y el sonido del trueno se escuchó por todo el estadio. Un momento después ambos pegasos iban en caída libre, siendo Onyx quien corría más peligro. Todos en el estadio quedaron en silencio al ver a ambos competidores cayendo sin control, pero entonces Blue Hurricane comenzó a despertar y al ver a su compañero en malas condiciones, estando a pocos metros de tocar el suelo extendió sus alas y atrapo entre sus patas a Onyx ambos chocaron con fuerza contra el suelo, pero a diferencia de Onyx que seguía inconsciente, Hurricane se puso en pie sin mucha dificultad.


La princesa Luna al ver el precario estado de su prometido se olvidó de todo y de todos, voló rápidamente para estar al lado de su querido pegaso. Al ver el estado tan deplorable en que se encontraba Onyx rompió en llanto, le pedía que abriera los ojos, que dijera algo cualquier cosa sin embargo esto nunca ocurrió…


La asistencia médica no se hizo esperar, los paramédicos examinaban al pegaso que si bien seguía vivo, su aspecto dejaba mucho que desear. Rápidamente una carroza médica fue necesaria para trasladar al pegaso al hospital. La princesa Luna camino a su lado todo el tiempo sujetándolo del casco. Cuando fue subido a la carroza, la princesa insistió en acompañarlo, cosa que los paramédicos aceptaron, partiendo rumbo al hospital general de Canterlot.


Blue Hurricane dio media vuelta y levanto el casco en señal de victoria sin embargo en las tribunas las porras, los gritos y aplausos habían callado, nadie parecía estar alegre de la victoria del noble pegaso, con excepción de Blueblood quien dibujo una gran sonrisa y aplaudía la victoria de su amigo…


Continuara…

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¿En qué momento entrenó Onyx?