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La Luna y Las Estrellas II

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Capitulo 4:


Mientras amanecía en las barracas de la guardia real, el cambio de guardias comenzaba a efectuarse. En las celdas de la guardia de elite, Thunder Flash ya había despertado, se había preparado y estaba listo para iniciar con el segundo día de entrenamiento especial. Miro la litera superior donde dormía su compañero el pegaso Onyx, pensó en despertarlo pero ya estaba harto de tener que ser el responsable de levantarlo cada vez que se quedaba dormido, así que por primera vez decidió dejarlo, tal vez si recibía una reprimenda por fin aprendería a ser más responsable. Dejo la habitación sin hacer ruido con una leve sonrisa de satisfacción.


Llego temprano al lugar de entrenamiento, incluso antes que Clarus, comenzó a realizar algunos estiramientos cuando sintió sobre él una fuerte corriente de aire. Miro hacia arriba y para su asombro vio a Onyx realizando algunas acrobacias y piruetas en el aire.


Onyx se elevó a toda velocidad por sobre las nubes para después guardar sus alas y dejarse caer libremente sintiendo el viento despeinar su crin, justo antes de tocar el suelo abrió de nuevo sus alas y se elevo con gracia nuevamente.


Thunder no podía creer aquel pegaso que consideraba tan holgazán estuviera ahí más temprano que él. Se sentía un poco sorprendido y humillado de que su plan hubiese fracasado, pero al mismo tiempo pensó que tal vez, solo tal vez el Onyx comenzaba a tomarse su papel más en serio…


- Hola Thunder. Bonito día ¿No crees compañero? – dijo el pegaso alegremente mientras aterrizaba junto a su compañero.


- ¿Y a ti que henos te paso? ¿Pensé que seguías dormido? –


- Déjame adivinar… ¿Querías dejarme dormido, que se me hiciera tarde y recibir una reprimenda? ¿Cierto? –


- Me conoces bastante bien -


- Lamento haber arruinado tu plan. Desperté de muy buen humor, ya sabes anoche yo… - Onyx estuvo por abrir de más la boca – Solo tuve un buena noche eso es todo – decía con una sonrisa nerviosa.


Thunder intuía que el pegaso negro ocultaba algo sobre anoche sin embargo no le interesaba en lo más mínimo la vida privada de su compañero y esto para Onyx fue un alivio…


Unos minutos más después Clarus Shine, su instructor, apareció trayendo consigo el equipo de entrenamiento el cual lucia más pesado que el del día anterior…


- Espero que estén listos caballos. Hoy será un largo día para ustedes -


-o-


Luna caminaba a trote elegante por el pasillo que dirigía al comedor real, su rostro dibujaba una gran sonrisa y todo poni que se cruzaba en su camino podía distinguir que la princesa de la noche se le veía muy feliz.


Al llegar al comedor fue recibida por los sirvientes quienes le ofrecían diversos platillos preparados de desayuno para deleitar el paladar de la princesa de la noche, después de elegir algunos la princesa se dispuso a desayunar al mismo tiempo que su hermana mayor entraba al comedor siendo recibida de la misma manera que su pequeña hermana.


- Muy buenos días hermana - saludo Celestia con entusiasmo.


- Buen día Celestia- respondió Luna con una gran sonrisa.


Después de servirle el desayuno a ambas monarcas y dejar todo en la gran mesa, Celestia pidió a la servidumbre que les dieran un poco de privacidad a ambas hermanas. Todos los sirvientes acataron la petición de la princesa abandonando el comedor y cerrando las puertas al final.


- Te veo muy animada esta mañana – Dijo Celestia ya estando a solas con su hermana


- No podría estar de mejor ánimo aunque quisiera –


- Quiere decir que te divertiste anoche –


- Como no tienes idea – dijo alegremente la princesa mientras untaba un pan tostado con mermelada de fresa – La madre de Onyx es muy amable, no sé porque estaba tan nerviosa –


- Sabía que lo lograrías querida hermana –


- Gracias Celestia, de no ser por ti pude haberme perdido de una de las mejores noches de mi vida –


- Aun así hermana me gustaría saber cuándo piensas hacer pública tu relación. Ya han pasado varios meses desde que comenzaron a salir. Entre más esperen más difícil será –


- Lo se… es solo que… me pongo a pensar en lo que le haría eso a la vida de Onyx. Sabes bien que los medios tienden a exagerarlo todo. ¿Recuerdas aquella foto de ti comiendo pastel? –


- "Celestia, Igual que Nosotros" Si lo recuerdo muy bien… aunque debo admitir que salí muy bien en esa fotografía –


- Imagina si eso fue en una gaceta de periódico escolar… ¿Te imaginas lo que los grandes periódicos de Ecuestria escribirían? –


- Si me lo puedo imaginar. Cuando estén listos para hacerlo público, estaré ahí para apoyarlos a ambos –


- Estoy segura de que Onyx le agrada que nos apoyes en esto -


La conversación continuo de lo más amena entre las hermanas, poco después apareció la princesa Cadance y su esposo Shining Armor ambos acompañaron a sus majestades a desayunar. Los sirvientes volvieron a entrar sirviéndoles el desayuno a los monarcas del Imperio de Cristal. Shining Armor no conocía nada de la relación del guardia Onyx con la princesa Luna por lo que Cadance no pudo preguntar nada acerca del tema mientras su esposo estuviera presente. Por lo que la conversación entre la sobrina y sus tías se limitó a temas como el clima, la agenda real y el regreso de la princesa al reino de cristal esa misma tarde…


-o-


El día llego a su final al igual que el entrenamiento de Onyx y Thunder, ambos pegasos estaban completamente agotados y con el cuerpo más adolorido que el día anterior. Para sorpresa de Thunder Onyx esta vez no se quejo de nada ni siquiera hizo ninguna broma o comentario respecto al entrenamiento, no es que le molestara que no los hiciera pero si le pareció muy extraño. Decidió mejor no decir nada al respecto, no fuera a ser que el pegaso negro dijera alguna de sus bromitas o comentarios y entonces su paz y tranquilidad se acabarían…


Comenzaba a oscurecer así que Thunder decidió ir a comer algo antes de volver a las barracas a descansar y terminar de leer aquel libro que dejo a medias la noche anterior, por su parte Onyx se dio una ducha rápida en los vestidores de la guardia real antes de pasar y hacerle una pequeña visita a su amada Luna antes de volver a su habitación, corto camino por los jardines reales sin embargo mientras andaba por ahí sintió como si algo o alguien lo estuviera siguiendo…


- ¡¿Quién anda ahí?!- Grito al mismo tiempo que se giraba rápidamente cuando escucho un ruido entre las plantas -Debió ser mi imaginación… -


De repente cuatro figuras saltaron desde los arbustos intentando atacarlo por sorpresa pero Onyx logro esquivar a sus atacantes que resultaron ser guardias nocturnos.


- Buen intento pero se necesita más que eso para intentar… - fue entonces que se dio cuenta de que estaba más rodeado de guardias nocturnos -Ok… creo que ahora si son más –


Ninguno respondió solo lo miraron con cierta indiferencia y algunos con un poco de rencor.


- Al parecer ninguno es del tipo conversador, al menos me podrían decir ¿Porque me atacaron? –


- ¡Silencio pegaso!- grito un guardia nocturno desde el fondo lo cual provoco que los demás hicieran filas y dejaran pasar a aquel que Onyx supuso era su líder.


- ¿Subcapitana Midnight?- Exclamo el pegaso con sorpresa al ver a la líder de la guardia nocturna.


La subcapitana Midnight Blossom era una yegua pegaso nocturna de pelaje grisáceo, crin y colas azul cobalto y unos ojos amarillos con pupilas dilatadas similares a las de los felinos; una oscura armadura cubría parte de su pecho y lomo destacando en el pecho una gema en forma de ojo con la pupila dilatada símbolo de la guardia nocturna, y un par de alas de murciélago asomaban de ésta, abiertas dejando ver su autoridad ante los demás ponis nocturnos.


-Si deseaba hablar conmigo solo tenía que pedirlo y no… hacer todo este… espectáculo… -


- ¿Te crees muy gracioso?- dijo con enfado dejando a la vista un par de afilados colmillos.


- La verdad no pero si me gusta hacer uno que otro chiste- decía Onyx sin dejar de ver esos afilados dientes.


- La única razón por la que sigues en pie es porque no he dado la orden. No puedo entender ¿Cómo la princesa Luna permitió a un pegaso diurno entre nuestras filas? Y peor aún ser un guardia de la elite real de Ecuestria –


- Bueno… eso lo puedo explicar, verá usted… -


- Ya conozco la historia… y me cuesta creerla –


Fue entonces que a Onyx se le ocurrió una idea para salir de esta o al menos eso creía, ya que incluso podría empeorar las cosas…


- ¿Acaso está llamando a nuestra princesa Luna una mentirosa? –


- ¿Cómo osas decir tal cosa? Mi lealtad hacia la princesa de la noche es incuestionable-


- Pues a mi parecer tus palabras parecen estar insinuando eso. La princesa Luna sufrió por mucho tiempo sola. ¿Dónde estaba usted cuando más la necesitaba?-


Midnight guardo silencio sintiendo un nudo en la garganta y una punzada en el pecho al recordar aquel día que la princesa Luna cayó por la ventana y solo el pegaso que estaba frente a ella la había salvado…


-No cuestiono su lealtad porque puedo ver, al haber organizado esto- dijo Onyx mirando alrededor a los demás guardias nocturnos -Que usted se preocupa por el bienestar de su majestad Luna. Y eso es algo que tenemos en común. Tal vez no sea un guardia nocturno como tal, pero mi lealtad y mi honor están en proteger a la princesa de la noche al igual que ustedes mis colegas nocturnos. No le pido que me acepte como uno de ustedes, solo le pido que me permita realizar mi trabajo -


- Tus palabras suenan sinceras pegaso… pero aun así es un insulto que utilices esa armadura sin habértela ganado -


- Lamento si lo considera un insulto, yo solo era el guardia personal de la princesa Luna por lo que debía usar una armadura acorde a mi puesto, ¿No lo cree usted?-


- ¡Silencio!- grito la subcapitana haciendo que el pegaso bajara sus orejas un poco asustado -Se ha convocado una junta extraordinaria esta noche, cuyo objetivo es poner en tela de juicio tu integración a la guardia nocturna-


-Un momento ¿Una junta ahora?, Pero yo estaba a punto de… hacer algo… ¿No podrías pedir que la reprogramen?-


-Es una junta extraordinaria, no se reprograma y se lleva a cabo en el momento que se convoca.


-¿Por qué nadie me dijo nada antes?- Replico Onyx.


-¿No me escuchaste? Dije que es una junta extraordinaria ¡Ahora mueve esos flancos a la cámara de la estrella fugaz, antes que yo te mueva a patadas!- Dijo Midnight apuntando con su ala en dirección contraria, de a donde se dirigía Onyx en un principio. El pegaso se lamentó en silencio mientras se alejaba de su musa de melena cósmica.


La cámara de la estrella fugaz era lugar predilecto de todo aquel que se consideraba siervo de la noche, ya que fue el lugar donde, por primera vez, se reunieron todas las tribus de ponis nocturnos, para alabar a la deidad de las estrellas y formar una fuerza militar que contrastara con la guardia real. El lugar era circular, rodeado de grandes pilares donde, entre medio, resaltaban estatuas de viejos héroes de siglos pasados, mostrados como ejemplos de virtud, coraje y valentía. El suelo era de mármol negro, pero en medio había una plataforma con apariencia de estrella color blanco, y alrededor de la misma se encontraba lleno de tribunas de piedra labrada. El techo era una cúpula con mosaicos de la princesa Luna, que, en cuyo centro, se podía distinguir una abertura circular para que entrara la luz del astro nocturno. En resumen, el sitio era la máxima expresión de devoción hacia la noche.


Onyx se posiciono sobre aquella gran estrella blanca, conforme ponis nocturnos, los cuales eran ancianos en batas blancas y militares en armaduras negras, tomaban asiento en las tribunas. Midnight Blossom también estaba en las tribunas, y su mirada de desprecio hacia el pegaso en ningún momento abandono su rostro mientras se alejaba de él. Entonces, el más anciano de los ancianos ponis ahí presentes, y cuyo asiento sobresalía significativamente del resto, se levantó y se aclaró la voz.


- Que esta noche, regalada a nosotros los ponis por su eterna majestad, la princesa Luna- Hablo con solemnidad -Demos comienzo a esta junta extraordinaria cuya resolución se espera sea satisfactoria -


Cuando el anciano callo y se sento, un pegaso a su derecha se levantó. Para Onyx resulto sencillo reconocer a aquel poni alado, ya que era el capitán del ejército de reserva nocturno.


- Onyx, el pegaso diurno que forma parte de las filas que sirven a la noche- Comenzó a hablar el capitán de manera mordaz - Curioso, por decir lo menos… ¿No lo creen? Después de todo, ¿Alguno de los presentes recuerda la última vez, que un diurno vistió la armadura de la guardia nocturna? -


Hubo un silencio de cementerio, que incomodo a Onyx haciendo que se encogiera de hombros.


- ¡No, no lo recordamos!- Contesto por el resto el capitán -¿Y saben porque no lo recordamos? Pues, la respuesta es más que evidente… ¡Porque nunca había pasado, señores! -


- ¡Hey, yo soy hembra!- Alego la subcapitana Midnight.


- Y señorita…- Añadió el pegaso nocturno refunfuñando, para continuar –Ahora, les formulare una nueva pregunta… ¿Por qué deberíamos permitirlo? -


El capitán del ejército de reserva nocturno callo con una pose orgullosa, para acto seguido sentarse. Fue entonces que todas las miradas se clavaron sobre Onyx, expectantes porque este dijera algo en su defensa.


- Si mal no recuerdo le entregue un pergamino, Capitan –


- Ah sí… este pergamino, firmado por su excelencia la princesa Celestia – dijo mostrando dicho pergamino a la audiencia – Recuerdo bien que lo entregaste personalmente… a mi… ¿Y supones que eso es más que suficiente para que aceptemos tal ofensa? -


La atmosfera era muy hostil para el pegaso, ya que muchos de los ahí presentes lo miraban con desprecio, solo por el hecho de no ser un nocturno. Pero, afortunadamente recordó el sentido de lealtad que los nocturnos profesaban a la princesa Luna, así que decidió aventurarse por ese sendero para tratar de llegar a alguna resolución que le fuese conveniente.


- ¿Su majestad de la noche sabe de esto? - Pregunto Onyx, provocando que todos arquearan una de sus cejas, extrañados de tal interrogante.


De ahí que el más anciano de los ancianos, acariciando su barba blanca, se dirigió a la subcapitana Midnight.


- ¿Señorita, usted le informo que esta era una junta extraordinaria, cierto?- Inquirió el viejo.


- ¡Si se lo dije!- Respondió con premura la pegaso nocturna.


- Joven, esta es una junta extraordinaria- Clarifico en una actitud cansada el anciano.


-¿Es que acaso eso sirve de excusa para todo?- Pensó Onyx molesto, probablemente lo hubiera dicho en voz alta, pero eso le ocasionaría más problemas que no quería. El rumbo que le quería dar a la conversación se derrumbó como un castillo de naipes, tenía que ser convincente y lo tenía que ser aquí y ahora ¿Qué podría hacer tambalear las fuertes bases ideológicas de estos ponis?... Onyx pidió a Luna, de manera espiritual, que dé un poco de luz a la oscuridad que estaba nublando su mente.


- Ecuestria, no es un pedazo de tierra - Le susurro la brisa de la noche, detrás de su oreja. Al principio pensó que lo habia imaginado, pero de nuevo escucho esas palabras con la suave voz de Luna. Y, aferrándose a esas palabras es que dio forma a un nuevo camino a seguir. El camino que recorrió el reino de los ponis.


- Ecuestria no es un pedazo de tierra - Afirmo Onyx levantando la cabeza, de manera desafiante.


- No sé a qué viene eso, aquí no se está discutiendo lo que es Ecuestria o no - Objeto un anciano nocturno.


- Es que, me parece, que ustedes no entienden lo que es Ecuestria. De lo contrario, no estaríamos hoy, teniendo esta junta extraordinaria - Replico el pegaso - Hace mucho tiempo, habían tribus de cada raza poni, pero, cuando vieron que podían ser más fuertes juntos, se unieron en lazos de amistad y buena convivencia. De ahí nació el reino de los unicornios, el de los pegasos y por último, el de los ponis de tierra -


- ¿El idiota nos está tratando de dar clases de historia? - Infirió Midnight, haciendo con su casco derecho un gesto de rechazo.


- Luego, esos reinos se dieron cuenta, que por separado simplemente no complementaban sus necesidades. Y entonces, a raíz del infortunio, se unieron bajo el dominio de sus majestades del día y de la noche - Continuo Onyx, sin importarle que muchos considerasen su actuar insultante ante la cámara - La guardia nocturna, nació de la unión de los nocturnos, y así mismo, cuando el día y la noche volvieron a unirse en un solo mandato, después de mil años de destierro de nuestra princesa Luna, Ecuestria avanzo a un mejor porvenir -


- Joven, si quiere decir algo, solo tiene que decirlo. No es necesario un prólogo tan extenso- Dijo el más anciano de los ancianos.


Onyx asintió con la cabeza, para así dar su conclusión.


- La historia de los ponis, es el registro más solemne, de una conducta que nos ha llevado a la prosperidad y la alegría. Y eso es, la unión de todos nosotros para lograr grandes cosas y ser mejores, el día de mañana. Ecuestria es la unión de los ponis. Entonces… ¿Por qué ustedes, respetables caballeros… y dama, buscan ponerle fin a esta unión entre razas y pueblos, que ha seguido a los ponis desde tiempos inmemoriales? -


La cámara entera guardo silencio, y los rostros de todos los nocturnos ahí manifestaron un asombro digno de fotografía. Las palabras de Onyx lograron tocar superficialmente el corazón de todos los nocturnos, sin embargo, siempre hay alguien que es la excepción en el colectivo. Unos cascos chocando entre sí, a manera de aplauso, resalto entre los ponis de las tribunas. Pero, este gesto distaba mucho de mostrar aprobación o simpatía por las palabras del pegaso, de hecho, se podría decir que eran la expresión misma de la burla.


- Qué conmovedor - Dijo un unicornio nocturno, el cual tenía pelaje color carbón y lucia orgulloso una larga melena rubia peinada elegantemente hacia atrás. Vestía muy elegante un traje azul oscuro, donde sobresalían algunas medallas por logros militares - Pero, me temo que nuestro estimado soldado, cae en una visión infantil de las cosas -


- Marqués Naberius de las planicies del oeste - Reconoció el más anciano entre los ancianos -Presente su punto de vista por favor -


El unicornio asintió con la cabeza y comenzó a levitarse a sí mismo desde su asiento, hacia la estrella blanca.


- Oh, no podría ser de otra forma - Dijo él sonriendo con vanidad - Todos sabemos que la unión ha hecho de Ecuestria, un reino incuestionablemente fuerte, pero, tampoco podemos olvidar que esta "unión", siempre desde tiempos previos al primer gobierno del sol y la luna, ha sido tomado con tiento y prudencia -


Entre los nocturnos se escucharon murmullos y sonrisas, a medida que el marqués Naberius tocaba la superficie de la gran estrella blanca con sus cascos, posicionándose junto a Onyx, mostrando una clara actitud de superioridad. Sus gestos eran refinados, y miraba sobre el hombro al pegaso para hacerlo sentir insignificante en comparación. Entonces, el unicornio llevo su casco derecho directo hacia su corazón, y como si se dirigiera a un jurado hablo de manera ceremoniosa e impresionante.


- Dime, muchacho alado - Dijo Naberius señalando a Onyx - ¿Las princesas, a pesar de ser hermanas y gobernar juntas el reino, se sientan en el mismo trono?


Onyx se encogió de hombros y respondió de manera obvia.


- No, claro que no -


- ¡Claro que no! - Exclamo el unicornio llevándose su casco a la frente de manera dramática -Dime… ¿La princesa Luna y la princesa Celestia intercambian sus deberes de subir el sol y la luna? ¿Tienen la misma jurisdicción y deberes cuando su astro ya no está en el cielo? -


- Claro que no… - Contesto Onyx, presintiendo a donde quería llegar el unicornio.


Naberius sonrió y abrió sus cascos delanteros a los ponis nocturnos, aparentando humildad.


- Nosotros siervos de la noche, somos una sociedad. Pero, aun después de siglos de nuestra unión, siguen habiendo distintas culturas entre nuestras filas, herencia de las viejas tribus nocturnas - Afirmo el marqués - Así mismo, cada año grupos de pegasos, unicornios y ponis de tierra a lo largo y ancho de todo el reino, tienen celebraciones que son herencia de sus ancestros. En otras palabras, tienen tradiciones ¡Ecuestria tiene muchas etnias, y cada una es una riqueza para el reino! Estas etnias, respetan a las otras que no comparten las mismas tradiciones -


Los murmullos incrementaron, mostrando claras muestras de aprobación y simpatía por las palabras del unicornio.


- Podemos ser un reino, podemos trabajar juntos ¡Y podemos convivir en armonía!... Pero no somos iguales - Naberius se giró hacia Onyx señalándolo despectivamente con su casco - Lo que este muchachito ingenuo propone, es destruir una tradición cuya trascendencia nos supera a todos nosotros como seres individuales. Una clara falta de respeto hacia nuestro pueblo, que siempre ha mantenido una pureza de sangre nocturna entre los suyos, más allá del ámbito militar -


La cámara estallo en choques de cascos contra el suelo, Naberius se llevó las sonrisas, el respeto y la admiración de todos los presentes, salvo por Onyx quien se hallaba estupefacto mirándolo. El pegaso se desesperó y tomo cualquier hilo que su mente pudiese atrapar, para así inclinar un poco más la balanza a su favor.


- Yo estimo al pueblo nocturno, mi corazón alaba la noche como el de cualquiera de ustedes. Esto va más allá de la sangre que corre por nuestras venas, es el apego mutuo por el espíritu que comparte la misma devoción y lealtad... Yo no me iré de la guardia nocturna, porque yo adoro a su majestad y cumpliré sus órdenes aunque ustedes muestren su desaprobación, y no cuente con su respeto -


- Quiere respeto sin haber hecho nada que lo merezca… - Dijo burlonamente Naberius.


- ¿En serio? – Dijo Onyx quitándose el peto de su armadura mostrando la cicatriz en forma de herradura en su pecho – creo que esto dice lo contrario –


Los presentes comenzaron a murmurar al ver la cicatriz en el pecho del pegaso.


- Eso no demuestra nada – exclamo Naberius casi negando la existencia de la herida dejada por el casco de la llamada yegua oscura.


- Demuestra que di mi vida por proteger a princesa de la noche, mientras ella sufrió los constantes ataques mentales de Nightmare Moon yo estuve a su lado. Cuando Nightmare Moon apareció yo la enfrente sin temor y casi me cuesta la vida... Díganme ¿Dónde estaban ustedes esa noche cuando su princesa más los necesitaba? –


La cámara guardo silencio nuevamente algunos bajaron sus cabezas con pena y vergüenza al no saber que o como contestar. Algunos, en silencio, comenzaban a aprobar al pegaso al ver claramente su devoción hacia la protectora de la noche mientras que otros aun dudaban…


- ¡Si quieres respeto tendrás que ganártelo! - Exclamo Midnight Blossom con fuerza apagando todos los murmullos en aquella cámara.


- ¿Cómo? - Pregunto el pegaso a manera retadora mirando fijamente a la pegaso nocturna, pero en su mente se alegraba de que sus palabras le salvaran el pellejo.


Midnight sonrió mostrando los colmillos, hace un momento deseaba moler a golpes a este pegaso pero ahora debía admitirlo le agradaba su actitud.


- Pondré todo de mí, para mostrar mi valía – Dijo con firmeza Onyx, guardando su nerviosismo.


- Si quieres ganarte el respeto de la guardia nocturna, entrega tu ser a la tenebrosa oscuridad del bosque Everfree – respondió ella.


La cámara se mostró bastante inclinada por la propuesta de la subcapitana, y el más anciano entre los ancianos dio su visto bueno, dejándolo en los cascos de la pegaso nocturna.


Naberius regreso a su asiento se mostraba molesto de que a pesar de sus esfuerzos, la guardia nocturna aun quisiera darle una oportunidad al pegaso.


El gran Bosque Everfree es un bosque temido por todos los ponis debido a que este lugar es el único en toda Ecuestria que se mantiene por si solo sin la intervención de ningún poni. En el habitan creaturas extrañas y peligrosas como manticoras, cocatrices, lobos de madera, incluso… un dragón…


-o-


Onyx Blackstar, Midnight Blossom y varios miembros de la guardia nocturna se encontraban en este bosque en medio de la noche, frente a ellos estaba la entrada de una enorme cueva donde habitaba un gran dragón. Si el pegaso quería ganarse el respeto de la guardia nocturna debía entrar en la cueva, robar un tesoro y salir de ahí en una sola pieza.


- ¿Segura que es seguro?-


- Claro que lo es, ya te lo explique… la guardia real tiene un registro de todos los dragones que habitan en estado salvaje, clasificándolos en rango S, A, B y C. Siendo el rango S el más peligroso y el rango C los más dóciles. En este lugar habita un dragón de rango B, será fácil. Anda que no tenemos toda la noche-


- De acuerdo – dijo Onyx tragando saliva al mismo tiempo que daba su primer paso dentro de la oscura cueva.


- Subcapitana Midnight… - susurro un poni nocturno al oído de su superior -¿No cree que esto es demasiado? Es decir… -


- Tranquilo soldado… esto solo le dará una lección a ese poni. No hay forma de que pueda salir de ahí con un tesoro, nadie es tan tonto como para intentarlo y no salir herido o muerto. En cuanto vea al dragón saldrá corriendo -


- ¿Y si no es así?-


La líder de los ponis nocturnos no dijo nada y se quedó observando a la cueva hasta que el pegaso se perdió de vista…


Onyx se introdujo en la caverna asombrado del tamaño de esta, era mucho más amplia por dentro de lo que lucía por fuera. Camino con cuidado esperando no hacer ningún ruido, la cueva estaba un poco iluminada por la luz de la luna que se filtraba por pequeñas rendijas en el techo de la cueva.


Después de caminar un rato finalmente llego a la cámara del tesoro del dragón, y entonces ahí lo vio…


Era un dragón de gran tamaño, sus escamas eran de un color oscuro y le brotaban cuernos de su cabeza, su cola era bastante larga y poseía púas que sobresalían de la punta, sus garras eran lo suficientemente grandes para aplastar a un poni con facilidad… le costaba creer que este dragón era de un rango tan bajo, pero para su fortuna se encontraba dormido, podía escucha sus ronquidos y ver el humo que salía de sus fosas nasales


Onyx busco ser lo más silencioso posible, caminaba de puntitas moviéndose sigilosamente y ocultándose detrás de algunas rocas. Finalmente estando a tan solo unos metros de tomar uno de los tesoros el pegaso echo cuerpo a tierra y se arrastro lentamente hacia el tesoro…


Extendió su pata un poco, intentando toma una gema pero el dragón respiro con fuerza asustando al pegaso un poco, pero para su suerte no se despertó. Tomo la gema y la guardo entre sus alas desafortunadamente esto provoco una avalancha de monedas de oro, rubís, esmeraldas, un cofre cayo pesadamente provocando eco y aun después de todo esto el dragón no se despertó…


El pegaso se dio la vuelta limpiando el sudor de su frente – Fiiiiuuuu eso estuvo cerca – susurro…


Desafortunadamente el dragón abrió los ojos justo en ese momento…


-o-


Salió de la cueva arrojando la gema una y otra vez con una pata en señal de triunfo para después levantarla con ambos cascos sobre su cabeza.


- ¿Y bien? ¿Qué opinan? -


Midnight no lo podía creer que ese pegaso hubiera salido de ahí con uno de los tesoros del dragón…


- Oh si soy genial… oh si este pegaso es genial – cantaba Onyx y bailaba.


Mientras celebraba, una nube cubrió la luna y proyecto una sombra sobre todos, lastima, pensó el pegaso ahora ya no podrían ver su genial baile de victoria.


Entonces vio las expresiones de completo miedo y horror en el rostro de los guardias nocturnos frente a él, Midnight Blossom emito un ruido apenas audible, Onyx giro la cabeza para ver detrás suyo, pero lo único que alcanzo a ver fue un borrón de movimiento antes de que algo lo golpeara con una fuerza increíble y lo mandara directamente hacia el suelo varios metros dentro del bosque.


Por suerte para el su armadura amortiguo gran parte del golpe o en estos momento estaría gravemente herido. Cuando pudo enfocar nuevamente su vista, vio al enorme dragón negro con los ojos inyectados de ira, que miraba fijamente al resto de los ponis presentes.


- ¡¿Cómo se atreven a robarme?!-


- Ese… no es un dragón clase B… - dijo con miedo la Subcapitana.


La líder de los guardias nocturnos ordeno la retirada inmediata pero apenas tuvo tiempo de reaccionar, cuando hubo otro rápido movimiento, el golpe fue terrible, mandándola a gran velocidad hacia el bosque impactándola contra varios árboles del bosque Everfree con un ruido atroz.


- Estoy harto de ustedes, malditas criaturas patéticas -


El dragón inhalo profundo listo para arrojar una gran llamarada contra la líder de la guardia nocturna, quien apenas podía moverse. Un escalofrió recorrió el cuerpo de toda la guardia nocturna…


En ese momento fue interrumpido por otro sonido de impacto, Onyx se había estrellado con toda su fuerza contra el costado del dragón, haciéndolo que perdiera el balance y se estrellara contra el bosque. Midnight miro asombrada a su salvador sintiéndose humillada de haber sido salvada por un diurno.


El pegaso aterrizo tambaleándose a un lado de la mal herida pegaso nocturna sirviéndole de apoyo y ayudándola a levantarse, por un momento Midnight observo con ojos diferentes a Onyx viéndolo como un corcel muy apuesto… pero rápidamente recobro la cordura mientras el resto de los guardias nocturnos se acercaron a ella con preocupación.


- Dijiste que este era un dragón de rango B… me parece que es un rango S – dijo Onyx con cierta molestia.


- No… no sabía que había otro dragón ahí. La última vez lo habitaba un dragón de color verde –


- Grandioso… y ahora tenemos a un dragón loco suelto –


- Lo siento – dijo murmurando la subcapitana.


- ¿Lo sientes? ¡Lo sientes! – Dijo Onyx aumentando el volumen de su voz - ¿Qué pensaste que pasaría? –


- Pensé que te darías la vuelta… que huirías con las cola entre las patas, eso pensé que pasaría… – respondió ella con autoridad - … ¿Quieres que me disculpe? Bien… lo siento de acuerdo… ya estoy lo suficientemente humillada en estos momentos ¡Agghhh!- la subcapitana se desplomo del dolor.


En eso una enorme bola de fuego surgió del bosque con el dragón detrás de ella, más furioso que antes y con una garra sobre las costillas.


- Ustedes llévense a la subcapitana de aquí. Avisen a la guardia real –


- ¿Qué rayos vas a hacer? – pregunto la poni nocturna con una pata sobre su costado.


- Les daré tiempo… -


El dragón comenzó a volar lentamente, con una mano sobre el lugar donde lo había impactado el pegaso y una expresión de dolor cada vez que bajaba el ala de ese lado.


- Intenta escapar – dijo uno de los soldados.


- No… se dirige a Poniville – rectifico el pegaso con terror - ¡Váyanse ahora! – ordeno Onyx antes de salir volando en dirección hacia el dragón.


Los guardias nocturnos miraron a su indefensa líder quien solo asintió a la orden del pegaso.


- ¡Oye pegaso! – Dijo la subcapitana recostada sobre uno de sus soldados llamando la atención del pegaso - Pase lo que pase no mueras entendiste… si regresas con vida…te prometo que votare a tu favor en la junta… -


Onyx asintió con una sonrisa, la cual provoco un leve sonrojo en la cara de la poni nocturna…


- ¿Qué rayos fue eso? – se preguntó ella sintiendo el rubor en su cara.


Cuando los ponis nocturnos se fueron, Onyx empezó a aletear ganando altura, solo tenía una opción para parar a ese dragón y era golpearlo con todas sus fuerzas detrás de sus alas, el mismo movimiento con el que había vencido a Clarus pero con más fuerza, al menos así podría detenerlo y ganar más tiempo hasta que el resto de la guardia llegara.


Empezó a elevarse lo más que pudo incluso más allá de las nubes, la luz de la luna ilumino su cuerpo por unos segundos para después dejarse caer hacia el dragón acelerando a toda velocidad cada vez más y más dejando detrás una estela plateada.


Onyx impacto con su hombro de lleno en la espalda de la bestia. El dragón se estrelló pesadamente y dio varias vueltas sobre el suelo, haciendo profundas zanjas y derribando varios árboles en su camino.


El pegaso también termino estrellándose en el piso hasta que un gran árbol lo detuvo. Su pata izquierda ardía con el dolor y no podía abrir el ojo ni mover el ala de ese mismo lado. Se levanto tambaleante, con tiempo de ver al dragón hacer lo mismo, tratar de extender las alas y después emitir un rugido de dolor, Onyx alcanzo a observar incluso que en una de las alas del dragón los huesos sobresalían de la piel.


El dragón noto al pegaso a pocos metros de él y empezó a inhalar, Onyx reconoció el gesto y olvidándose de su dolor se levantó y brinco sobre el hocico del dragón, tratando de cerrárselo, terminando sobre las fosas nasales de la bestia. El dragón empezó a agitar la cabeza de un lado a otro, tratando de lanzarlo lejos, pero Onyx se mantenía firme agarrándose como podía de las escamas del reptil.


El dragón se enfureció aun más y estrello su cabeza directamente contra el suelo, al levantarla Onyx se encontraba en el pequeño cráter que se había formado, el enorme reptil cerro su puño y levantándolo inmediatamente se disponía a dar el último golpe.


-Se acabó - pensó Onyx, que a pesar de todo aun podía pensar con un poco de claridad – Adiós Luna – dijo cerrando los ojos – Al menos tuve una buena vida -


En ese momento dos rayos de magia sostuvieron y jalaron hacia atrás el brazo de la criatura, Onyx abrió los ojos al escuchar los esfuerzos del dragón por liberarse y pudo ver al capitán Shining Armor y a Clarus halando con fuerza.


Repentinamente dos esferas de magia explotaron en el pecho del dragón, lanzadas por un par de unicornios los cuales Onyx reconoció, eran Flame Runner y Silver Mist, haciéndolo perder a un más el equilibrio. Después para sorpresa del pegaso el unicornio rojo se envolvió en llamas y ataco con una embestida al dragón haciéndolo caer de lado. El dragón lanzo una llamarada contra el unicornio pero este ni si inmuto solo se quedó parado como si el fuego no le importara en lo más mínimo. Silver Mist apareció detrás de él y usando lo que parecía ser agua arrojo un enorme chorro de esta dentro de la boca del dragón evitando así que pudiera seguir usando sus llamas.


El dragón volvió a levantarse aún estaba decidió a seguir la lucha cuando dos pegasos aparecieron, reconoció a su compañero Thunder Flash y a la pegaso de crin azulada rizada Diamond Dust. La pegaso volaba alrededor del dragón a modo de distracción dejando una estela de cristales blancos que le eran bastante molestos al reptil, uno de ellos cayó sobre el pegaso sintiéndose frio al tacto. Thunder aprovecho la distracción y cubierto de lo que a Onyx le parecieron pequeñas descargas eléctricas en sus alas ataco al dragón con una fuerte embestida. Después cada uno sosteniendo el extremo de una enorme cadena, pasaron volando a los lados del dragón y usando esta finalmente lo derribaron.


Finalmente Noble Heart apareció saltando por sobre el dragón varios metros en el aire, Onyx se sorprendió al ver que el cuerno de su igual en la guardia de elite se extendió como si se tratara de una lanza para después dejarse caer con fuerza sobre la cabeza del dragón. La lanza/cuerno atravesó las escamas y el cráneo del reptil con facilidad, emitiendo este un suave alarido para después quedar inerte en piso…


Todo esto llegaba medio distorsionado a los sentidos de Onyx, como si se tratara de un sueño, cada vez su visión se nublaba más, hasta que lo último que alcanzo a distinguir fueron dos figuras una blanca y alta, la otra de color azul oscuro y más baja que se acercaba corriendo a él… finalmente perdió el conocimiento…


Continuara…

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andres2829's avatar
para cuando Please Please Please